En el fantástico mundo del heavy metal hay mucho material
que ya es considerado de culto: Está, por ejemplo, el Power Metal de Pantera,
que está muy lejos del groove
característico de la banda pero como álbum relata y consolida sus inicios.
También hay películas que se consideran reliquias en este ambiente, como sucede
con Begotten, aunque todavía me
pregunto de qué se trata exactamente y por qué nos gusta tanto. Y no puedo
dejar de lado videojuegos de culto, ya dentro del género existe una leyenda
brutal: Su nombre es Brütal Legend.
Este videojuego vio la luz en el año 2009 después de 15
años de gestación, con el prestigiado Tim Schafer (creador de Psychonauts) como padre y la desarrolladora
Double Fine como madre. Electronic Arts (EA) tuvo el honor de
ser la madrina (¡la distribuidora, pues!) luego de que Activision rechazara el proyecto al fusionarse con Vivendi Games. Este hack and slash tiene como protagonista a Eddie Riggs, un excelente roadie (o “pipa”), que a raíz de un
accidente es transportado al pasado, donde los seres humanos han sido
esclavizados por Doviculus, emperador de los demonios (si esto no les suela lo
suficientemente merol, esperen a
saber un poco más).
Pronto Eddie se convierte en el organizador de la
resistencia que tiene como objetivo liberar a los humanos y transmitir los
conocimientos que dejaron los antiguos titanes, creadores del heavy metal. ¿Fabuloso, verdad? Se pone
mejor: Las armas principales de Riggs son The
Separator, un hacha que es casi de su tamaño, y Clementine, que pasa de ser una simple guitarra a hacer temblar,
incendiar y hasta electrocutar a los adversarios del roadie.
Los personajes también son un deleite para cualquier
metalero: Lars y Lita Halford (líderes de la resistencia), Ophelia (la primera
aliada de Eddie), y Mangus (el ingeniero local), no son otra cosa que
personajes entrañables, complejos pero fáciles de querer. ¡Y eso no es todo! Schafer
logró que las leyendas Lemmy Kilmister, Ozzy Osbourne y Rob Halford prestaran
sus voces (y parte de su aspecto) para dar vida al Kill Master, al Guardián del Metal y al General Lyonwhite,
respectivamente. ¿Algo más? La voz de Eddie Riggs es nada menos que la de Jack
Black, famoso comediante y vocalista de Tenacious
D.
Ahora que saben lo mínimo necesario para amar este juego,
me gustaría que pensaran en una sola razón para que no tuviera éxito.
Reflexionen un rato… ¿Lo tienen? ¡Exacto! Hace mucho tiempo que el heavy metal no está de moda. A Schafer
incluso le llegaron sugerencias para cambiar la línea musical por hip hop o por
country (no, no estoy jugando y sí, ¿qué carajo le pasa a este mundo?). EA
temía que las ventas se fueran a pique, pues tan sólo el desarrollo de Brütal Legend costó alrededor de 25
millones de dólares; Lo impresionante fue que, únicamente en su año de
lanzamiento, el juego vendió 224 mil 976 unidades para Xbox y 1243 mil 734 unidades para PlayStation3.
Double Fine saboreó el éxito y se llenó tanto de entusiasmo, que tras
el visto bueno de su distribuidora se pusieron a trabajar en una prometedora
secuela. Era lo mejor que les podía haber pasado y, sin embargo, EA canceló la
producción al poco tiempo. El tiempo y el dinero que se invirtieron en ella
eran vitales para Double Fine, y como
consecuencia casi se van a la quiebra. Apenas pudieron recuperarse de semejante
golpe.
¡Ya sé, ya sé! Normalmente no cuento historias felices,
no me lo tienen que decir. Pero no les he platicado todo esto por nada. Si a
estas alturas del partido les hablo de Brütal
Legend es porque todavía hay esperanzas: En 2013 se lanzó una versión del
juego para PC, y entonces se volvió a tocar el tema de la secuela con Tim Schafer.
Él dijo, gustoso, que le encantaría volver al universo de Eddie y que sabe con
certeza que a Jack Black también. Sólo hay un problemita. El mismo de siempre: El
dinero (insertar la más jugosa variedad de insultos contra el capitalismo
aquí).
Pero nada de eso quiere decir que no podamos ayudar a Schafer
a traernos más historias épicas sobre metal y roadies. Comprar el videojuego sería un buen comienzo. Ya es
difícil de conseguir y más en México, pero siempre se puede ordenar vía
internet. Después de ello, asediar a Double
Fine: no pedir, ¡exigir la secuela! Y si EA va a seguir poniéndose sus
moños, eso nos tendrá sin cuidado. Mientras el público pida, distribuidoras no
faltarán (guiño, escupitajo, mano cornuta).
Tampoco vayan a decir que es un comercial, por favor. Es
sólo que si entre fanáticos del metal no nos apoyamos, ¿quién lo hará? No se
trata de expandir el movimiento o hacer una tendencia masiva de nuestro estilo
de vida; se trata de tener más opciones en la industria de los videojuegos,
algo que además de entretenernos nos haga sentir como en casa, matando demonios
y peleando contra glammers mientras
suena Brocas Helm, Dethklok o Judas Priest. ¡Mientras haya metal, hay esperanza! No dejemos que
la leyenda brutal muera… Al menos no sin dar batalla.
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